Allí se refugiaba la población cuando había ataques o eran sitiados. Dentro desarrollaban la vida como una pequeña ciudad, con su mercado, bodegas, tiendas, iglesia, etc.
Posteriormente visitamos el museo arqueológico de la ciudad, en el que había tumbas, monedas, fósiles, cerámicas, piedras, abalorios, etc. encontrados en la zona pertenecientes a diversos periodos de la civilización.
Después de las visitas disfrutamos de la gastronomía de la zona en un mesón local, buena comida y a buen precio.
¡Una visita muy recomendable!
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